Hielo y fuego, invierno y verano, Norte y Sur. El eterno contraste entre lo cálido y lo gélido es el eje sobre el que gira la trama de esta saga monumental, que marca el esperadísimo retorno de George R.R. Martin a la literatura tras una pausa de más de diez años dedicados al medio audiovisual. Lobos y dragones, casas nobiliarias y vasallos, guerreros valientes y cortesanos
intrigantes, hechiceros y brujas forman parte de esta Canción de Hielo y Fuego que ha cautivado a los lectores estadounidenses desde su aparición en 1996.
Es otoño en el continente de Westeros, en un mundo en el que las estaciones han sido trastocadas por un evento sideral y duran décadas. Mientras se preparan para el largo invierno que se avecina, los habitantes de los Siete Reinos han asistido al derrocamiento de la dinastía de los Targaryen, sangre de dragones cuyo linaje se remonta a más de dos siglos atrás, por parte de los ejércitos de Robert Baratheon, libertador para unos, usurpador para otros. Viserys y Daenerys Targaryen, últimos supervivientes de la dinastía, se han visto abocados al exilio en las tierras libres del este, donde planean reunir un ejército que les permita recuperar sus reinos perdidos.
Entretanto, en la fría y austera Invernalia vive Eddard Stark, Guardián de las Tierras del Norte, amigo íntimo y general del rey, con su mujer y sus seis hijos que están llamados a ser protagonistas, aun involuntarios, de acontecimientos futuros. A la muerte en circunstancias sospechosas del consejero principal del rey y cuñado de Eddard, Robert pide a su viejo amigo que abandone sus dominios septentrionales y se reúna con él en Desembarco del Rey, la capital del reino.
Allí se enfrentará a las intrigas de la reina Cersey de su hermano Jaime el Matarreyes, capitán de la Guardia Real, verdugo del último rey Targaryen y sospechoso de mantener relaciones incestuosas con su hermana la reina...
Como puede verse, ni siquiera el incesto es un tema tabú para Martin. Su potente prosa le
permite adentrarse sin temor en los rincones más profundos de la naturaleza humana, desarrollar cientos de personajes, mezclar tramas simultáneas como sólo un maestro puede hacerlo.
Diferentes puntos de vista se entrecruzan durante todo el libro, debido a la original puesta en escena que Martin nos ofrece: cada capítulo está narrado desde el punto de vista de uno de los personajes. El mundo de Westeros está construido con una riqueza abrumadora y una originalidad impresionante.
Sirva como ejemplo el concepto majestuoso del gran Muro del Norte, un muro de hielo de decenas de metros de altura y espesor que cruza todo el continente de este a oeste y que protege los reinos civilizados de los pueblos bárbaros del lejano y frío norte.
Los guardianes del Muro son los Hermanos Negros de la Guardia de la Noche, un cuerpo
policial-militar con aires de orden religiosa que ofrece una segunda oportunidad de llevar una vida honorable a proscritos y condenados, cuya pena es inmediatamente conmutada si aceptan «vestirse de negro».
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